miércoles, 21 de enero de 2015

ERA

ERA
Rebecca Wasser

Era amor, aquel amanecer,
eran mis manos las que ansiaban tu pelo
eran mis oídos los que necesitaban el fulgor de tus notas,

Era la palabra, rara la palabra,
la astuta palabra,
la que necesitaba descansar en la cómoda.
Eran las vías urbanas las que querían mancillarse
de la peste ciudad.

Eran tus pisadas y tu avalancha de besos
los que agitaban mi campanar,
haciendo vibrar los guijarros
haciéndome sonar siempre
A en punto,
en punto

 A punto

A punto de abrir el pecho
y dejar entrar el verso.

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